Nunca es tarde para cambiar.

Pensamos que lo tenemos todo y que conocemos cada secreto oculto de la vida, pero hace falta poco para que esa idea se desmorone. 
Creemos tener todas las respuestas y a la hora de la verdad no somos más que unos incultos en el juego de la vida. 
Creemos que lo tenemos todo y pasamos las horas planificando nuestra vida, dando de lado a las alegrías por dedicar demasiado tiempo a los problemas, cometiendo el gran error de dejar pasar las horas y no disfrutar del momento.
Puede que me haya acostumbrado a vivir así, a volver a caer en la misma mierda y dar importancia a hechos y personas insignificantes para mí. Pero por una vez más prefiero decirle adiós a todo lo destructivo y dejarme guiar por mis sentimientos y por lo que me apetezca hacer en cada momento, ya pueden hablar, criticar e intentar joder.
Mientras yo soy feliz vosotros os estáis ahogando en vuestra propia basura.

Háblame con tu silencio.

Guardo tus canciones junto con los recuerdos... Hace días que los saque de aquel viejo cajón y yo misma me sorprendí de recordar todas y cada una de tus palabras, tus manías, tus rarezas, tus detalles.


Una historia diferente, llena de idas y venidas, de subidas y bajadas, llena de rencores y palabras de reproche, única.


Que egoístas llegamos a ser a veces, sin pararnos a pensar en los sentimientos del otro, sin intentar entender que es lo que va mal, sin darnos más que una única oportunidad.
Y míranos, seguimos igual, dos personas más que se cruzan cada día y que ya han perdido la rutina de intercambiar una mirada, una sonrisa.


Sigo leyendo tus palabras...