Loveyou.

Loveyou.

jueves, 6 de junio de 2013

Tal cual.

Todo tiene un por qué.
Si vienes o si vas.
Se permaneces o desvaneces.
Si arriesgas o desistes.
Nada pasa porque sí.
Que tu no decides voluntariamente, que siempre algo te condiciona.
Que a la hora de la verdad falta valor y sobra cobardía.
Que no afrontas los problemas y prefieres dar la espalda.
Que te crees más y eres menos.
¿Qué nada cambia?
Que todo fluye y nada permanece.
Que sea más o sea menos, nuestra vida cambia. Nosotros cambiamos.
Nos aferramos a la mínima oportunidad, pero ¿para qué?

domingo, 21 de abril de 2013

Liberty


Las personas tenemos tendencia a vivir libremente, o eso pensamos. 
Vivimos según lo que queremos, llevamos a cabo las acciones que nos apetece cuando nos apetece, pero quizás no nos damos cuenta de que a pesar de eso estamos sometidos a una fuerza que nos hace actuar de un determinado modo, gozando de una libertad en cierta parte, pero que a su vez dicha libertad se encuentra “englobada” por esa fuerza, bien sea la sociedad o las propias leyes.
 En muchos aspectos de nuestras vidas, cuando llevamos una acción a cabo, la que se supone que hacemos nosotros por que así lo queremos, no nos damos cuenta de que quizás esa acción no es más que una decisión que hemos tomado de las muchas que esa “fuerza nos ha dado a elegir”.

Vivimos en una sociedad que está formada por leyes, prejuicios, escrúpulos… que nos condicionan a la hora de vivir libremente. Puede que para algunas personas el concepto de libertad propiamente dicho se asemeje a la vida real al igual que puede ocurrir lo contrario, quizás todo depende del punto de vista que se mire y de los hechos que se lleven a cabo, pero en general, estamos y seguiremos condicionados por ese “algo” que nos no deja ser totalmente libre y aunque en ciertos momentos de nuestras vidas pensemos, inconscientemente, que gozamos de una libertad plena no será más que una ilusión por decirlo de algún modo.

lunes, 25 de febrero de 2013

Y ríen, y quieren.

Una habitación. Cuatro paredes que guardan confesiones,sentimientos... Una habitación cómplice  que esconde tantos y tantos secretos.
 Besos. Odio. Caricias. Lágrimas. Amor. Amistad. Suspiros. Pasión. Peleas. Reconciliaciones. Palabras. Miradas. 
No les hace falta nada mas que estar resguardados de toda la mierda que hay fuera. No les afecta ni el odio ni la envidia, ni los celos ni la compasión. Se sienten libres, son libres.
No necesitan nada más para ser felices.
Inventan vidas a semejanza. Escriben historias sobre sus cuerpos. Largos viajes de carreteras que no les llevan a ningún lado, o que les conducen a la mejor de las experiencias.
Es un beso esconden complicidad. Sus risas suenan al unísono retumbando por toda la habitación. Sus miradas delatan confianza. No les importan el "qué dirán"
Ríen y corren, viven y luchan, caen y levantan, se odian y se quieren, sueñan y despiertan y vuelven a soñar.
Ahora están abajo, al momento se encuentra en lo más alto. Nunca en un punto permanente, siempre en continuo movimiento.
Momentos, miles de ellos, para recordar; eso les hace grande.
Huyen de la rutina, se mantienen con vida.
Nada es capaz de romperlos, nadie es capaz de frenarlos. 

domingo, 24 de febrero de 2013

Así funciona.

Nunca sabrás lo que se oculta tras una sonrisa.
Puedes conocer a una persona y al momento imaginar su pasado. Imágenes  actitudes, manías  amores, tristezas, viajes, veranos... Pero nunca llegarás a conocer lo que se esconde tras su piel.
Creemos que lo sabemos todo y no sabemos nada. Acostumbramos a querer lo que vemos y no lo que va más allá.
Compartimos nuestra vida con personas que entran, salen, unas vuelven por un tiempo, otras se van para siempre, otras entran y salen constantemente, pero sin saber cuales de ellas permanecerán siempre o cuales se marcharán mañana, haciendo que nos preguntemos, ¿que viene después?
Así es la vida, como un vagón de tren en continuo viaje, en el que cada persona tiene opción a bajarse en la parada que desee con un máximo de tickets de vuelta. Un vagón en el que personas que se encuentran por casualidad forman una nueva vida, y otras ,que se conocen de más; acaban con todo. Solo unos pocos deciden continuar el viaje, entero, hasta el final. Y como todo, eso no es fácil. O arriesgas o desistes. O ganas o pierdes. O luchas o estás vencido. O comes o te comen.
Todos tenemos un ideal de vida. Necesitamos, más que queremos, creer que todo va a salir bien, que puedes confiar en las personas que quieres y ellas en ti, que nadie importante de tu día a día te fallará jamas, pero eso no es mas que una necesidad. La vida no transcurre a nuestro antojo.
Esto es así, lo tomas o lo dejas.
El tren nunca vuelve a su punto de partida.