Loveyou.

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jueves, 10 de febrero de 2011

Estar viéndolas venir

A todos nos gusta despertarnos, coger el móvil y ver que tenemos un mensaje, ese es el momento en el que el corazón nos va a tres mil por minuto, y lo abrimos con lo esperanza de que sea de esa persona... y efectivamente, a veces, resulta que es de él, y aunque solamente ponga un simple buenos días acompañado de esas dos palabras mágicas que tanto nos gusta recibir, el día cambia totalmente, aunque fuera haga un frió insoportable y a través de la ventana oigas repiquetear las gotas de lluvia todo se torna a una sensación de calidez que solo se puede denominar como felicidad.


Pero yo ya me he cansado de los "te quiero" de pega, antes quizás llegaba a engañarme yo misma pensando que había algún indicio de sentimiento, aunque, a mi pesar, sabía que no era para nada así, pero no, era la tonta que se dejaba engañar, incluso sabiendo las consecuencias que traería consigo. Pero ya no, esa niña ingenua desapareció hace unos meses atrás, ya no podía soportar el dolor de escuchar esas palabras saliendo por esos labios que había besado tantas veces, las promesas tampoco valían, total, sabía que el frió que hacía ese día se las llevaría, quedando como un recuerdo en ese oscuro rincón abrazado por un frío rió... 


Sé que todavía me queda mucho por aprender, que volveré a creer en las mismas palabras cuando esté ciega de ilusión, y si, me volveré a derrumbar muchas más veces a lo largo de mi vida, pero es irremediable, no se aprende de la noche a la mañana, hace falta muchas lecciones y aunque yo llevo unas cuantas, sé que, por desgracia, me quedan otras tantas... Por ahora lo que me queda es seguir adelante, he aprendido a no confiar demasiado aunque si, lo sé, a veces eso no es lo correcto, debemos tener tanta seguridad en nosotros mismo como en aquellos que día a día se ganan nuestra confianza, pero después de haber vivido tras un velo de dolor no es tan fácil, y además, quien de verdad quiere esta dispuesto a que esa confianza y seguridad perdida en algún momento vuelva, y saber que ahí cierta persona dispuesta a lograrlo, me tranquiliza.

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