Cuando menos te lo esperas.

Ahora,  sus ojos claros se transforman en el curso de un rió que no debería estar ahí, esos ojos que tanto mundo y amor habían visto dejaron paso a la lejanía y el blanco marfil dio paso a un color mas rojizo. Él, sentado frente a ella sujetaba entre sus manos las de ella con sumo cuidado y delicadeza, se sentía el peor ser de la faz de la tierra.
Ella seguía repleta de amor, incapaz de guardarle rencor a la persona que le había enseñado a amar y valorar y él a pesar de amarla mas que nunca se veía obligado a tomar esa decisión, una rabia inmensa recorría cada hueco de su cuerpo y lo único que quería era dejar todo y marcharse lejos para poder acabar con ese dolor pero no podía, le mataba la idea de dejarla completamente sola. Ella cada vez estaba mas confundida y no era capaz de entender nada, lo único que era posible de oír eran palabras como "perdón" y  "a pesar de todo te quiero", eso es lo que le llevo a esconderse bajo esos leves sollozos.
De pronto una lágrima rodó sobre la mejilla de él, sabia que no podía esperar más y que pronto llegaría la hora, se levantó con cuidado y apoyando sus manos en la cabeza de ella le dio un beso en cada párpado y se fue, dejándola allí sentada perdida en sus pensamientos, a ella solo le dio tiempo escuchar un leve susurro arrastrado con el viento, del que creyó oír un "te quiero", al girar la cabeza vio su silueta titubeante a lo lejos mientras se perdía en la oscuridad de la noche, ella no sabía que esa sería la última vez que lo vería, que él la dejaría al cabo de unos días para no volver jamas y él lo único que sabia era que estuviera donde estuviera siempre iba a cuidar de ella y que nunca la dejaría de amar al igual que ella a él.