Muchísimas personas se cruzan y casi se rozan, la distancia de medio centímetro es la encargada de separar sus cuerpos pero a pesar de tanta cercanía no se dedican ni una simple mirada. Cientos de personas, cada una de ellas con su vida a las espaldas y con el paso de los años a cuesta...
Y yo, ingenua observadora, me escabullo de esa gran masa de vida hacia un rincón donde poder observar con mas detenimiento y donde poder resguardarme de los pequeños empujones. Y ahora si, me doy cuenta de que cada persona tiene un rasgo mas especial mediante por el cual nos damos cuenta de lo que sienten, lo que piensan... miro hacia la derecha y a unos pocos pasos se encuentra un colchón en mitad de la calle mas transitada, seguramente pertenecerá a un pobre vagabundo que ha sido llevado a esa situación quizás por el afán de poder, la droga, el alcohol o por el vicio deseoso de gastar el poco dinero por un poco de sexo... ahora miro hacia el frente y una pareja de dos chicos pasean orgullosos su amor cogidos de la mano y callando bocas a aquel que hable de mas. Y cada vez pasan mas personas, con sus caras tristes, con la mirada perdida preocupados por quien sabe que historia, otras con sus maravillosas sonrisas aunque algún diente este más torcido que el otro o estén algo amarillentos por causa del tabaco, pero feliz, feliz por el motivo que las provoca, otras muchas personas se besan en mitad de toda esa gente sin importarle nada más que su amor...
Cada uno de nosotros, con nuestra propia historia, somos los encargados de todo esto, de ser los protagonistas de historias que recorren diversas partes del mundo, de ser los factores claves para la felicidad de otro, de ser capaces de crear historias como esta, la tuya, la de él ó...nuestra historia.
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Sonrisas