Loveyou.

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jueves, 23 de diciembre de 2010

Los sueños, sueños son.

El eco de su risa retumba por toda la habitación como si se tratara de un altavoz. Fuera esta lloviendo de tal manera que incluso las ventanas retumban y por entre las oscuras nubes unos débiles rayos de sol intentan abrirse paso, pero  no lo logran. Para las personas que no tienen al lado a nadie con quien compartir esos días de pereza les resulta tremendamente aterrador la idea de observar, solos, la lluvia que cae con suavidad y en otras ocasiones con fuerza a través de la ventana como lágrimas que caen desde lo mas alto. 
En habitaciones continuas se aprecian los dos casos, separadas por un frágil tabique se encuentran dos historias...en una parece brillar el sol con fuerza, con vida propia,  aunque no haya ni el mas mínimo rastro de este y en la otra todo se encuentra en la mas profunda de la penumbra y abstractas sombras se reflejan en las paredes como consecuencia de la débil luz que proyecta la vela que poco a poco se va consumiendo, sola, como la  propia vida.
El pasado y el presente siempre van agarrados de la mano, aunque no nos demos cuenta o no nos queramos dar cuenta son dos factores que se complementan al cien por cien. ¿Alguna vez te has parado a pensar en que habría pasado si hubiese sido otro el curso de las cosas? Quizás tú no lo has echo y va siendo hora de que lo hagas.  Seguro que mas de una vez te has visto en el mismo lugar pero en situaciones diferentes y eso es lo que alimenta a los recuerdos, vivir en el pasado como si lo hicieras en el presente daña incluso más que un engaño.
El recuerdo, al igual que los sueños, pertenece a la memoria, no te quedes estancado en ellos como si de barro se tratase. Si quieres, llévalos siempre contigo, pero no dejes que ocupen un primer plano.

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